El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) establece un marco normativo estricto para la protección de datos personales en la Unión Europea. Su incumplimiento puede acarrear diversas sanciones que varían en función de la gravedad de la infracción, la naturaleza del incumplimiento y el impacto en los derechos de los afectados. A continuación, se detallan las posibles sanciones, desde las menos severas hasta las más elevadas, con ejemplos ilustrativos:
En casos de incumplimiento menor o cuando la empresa demuestra buena fe en corregir la situación, la autoridad de protección de datos puede emitir una advertencia o una reprensión sin sanción económica.
🔹 Ejemplo: Una pequeña empresa olvida actualizar su política de privacidad conforme a los requisitos del RGPD, pero corrige rápidamente el error tras recibir una notificación de la autoridad.
Las autoridades pueden exigir a las organizaciones que adopten medidas específicas para cumplir con el RGPD, tales como actualizar sus políticas, reforzar la seguridad de los datos o cesar el tratamiento de información personal en determinados casos.
🔹 Ejemplo: Una plataforma de comercio electrónico almacena datos de clientes más tiempo del necesario. La autoridad le ordena eliminar la información que no sea imprescindible para su actividad.
Las infracciones menos graves pueden conllevar multas de hasta 10 millones de euros o, en el caso de empresas, hasta el 2% de su facturación anual global, optándose siempre por la cifra más alta. Estas sanciones se aplican, por ejemplo, en casos de incumplimiento de las obligaciones del responsable o encargado del tratamiento.
🔹 Ejemplo: Una empresa no nombra un Delegado de Protección de Datos (DPO) cuando está obligada a hacerlo.
Las infracciones más graves pueden conllevar sanciones de hasta 20 millones de euros o el 4% de la facturación anual global. Se aplican a vulneraciones de principios fundamentales del RGPD, como la falta de consentimiento para el tratamiento de datos sensibles o la violación de derechos de los interesados.
🔹 Ejemplo: En 2019, Google fue sancionado con 50 millones de euros por la autoridad de protección de datos francesa (CNIL) por falta de transparencia en su política de privacidad y dificultades para que los usuarios comprendieran cómo se usaban sus datos personales.
En casos extremos, la autoridad de control puede ordenar la suspensión total o parcial del tratamiento de datos personales, lo que puede afectar gravemente la operatividad de una empresa.
🔹 Ejemplo: Una compañía tecnológica que desarrolla software de reconocimiento facial sin el consentimiento explícito de los usuarios podría ser obligada a cesar dicha actividad de manera inmediata.